Mediante el uso de el densitómetro, un aparato de rayos X que mide el grado de mineralización del hueso. Este se usa en el diagnóstico precoz de la osteoporosis como en el control de su evolución y valoración terapéutica.
De este modo el grado de densidad mineral ósea nos ayuda a predecir el riesgo de fracturas.
¿Y cómo se realiza este examen?
- El paciente suele colocarse estirada boca arriba en la camilla y debe permanecer quieta, relajado y tranquilo durante toda la exploración.
- Para explorar la columna lumbar, el paciente coloca las piernas elevadas; para explorar el fémur se mantiene en decúbito supino.
- Mientras el paciente está acostado un escáner pasa sobre todo el cuerpo.
- Se utilizan dosis bajas de rayos-X (alrededor de una décima de la dosis de radiación utilizada en una radiografía de tórax).
- En la mayoría de los casos, el paciente no necesita quitarse la ropa: se llevará el día de la prueba ropa cómoda, sin artefactos metálicos ni plásticos en las áreas a estudiar.
¿Quiénes deben practicarse la densitometría ósea?
- Aquellas personas que hayan sufrido fracturas debido a fragilidad ósea.
- Mujeres menopáusicas que no estén recibiendo terapia de reemplazo hormonal (estrógenos).
- Personas con antecedentes familiares de osteoporosis, que sean delgadas, de estatura elevada y que sean fumadoras.
- Individuos que tomen tratamientos que favorezcan la pérdida mineral de hueso o que tengan enfermedades que disminuyan la absorción de calcio (como insuficiencia renal o raquitismo, por ejemplo).